¿Qué es el método Montessori?

Montessori: método, caracteristicas e importancia para el nuevo milenio

Todos nos preguntamos en algún momento: ¿hay una sola forma de educar? ¿Ha sido suficiente el modelo educativo con el cual fuimos o somos educados? Aunque el método Montessori no responde estas preguntas, nos conduce a algo mucho más importante: nos ayuda a descubrir por nosotros mismos las inevitables comparaciones que existen entre un tipo de educación y otro. 

María Montessori y el método de la pedagogía científica

Hubo tiempo en que a los niños con trastornos mentales les llamaban idiotas. Sí, hoy suena insolente y despectivo, pero así era el siglo XIX. Muchos académicos de la época consideraban que era imposible educar a niños con discapacidad. Nadie invertía ningún esfuerzo en ellos, ni siquiera un halo de esperanza, hasta que alguien decidió pensar diferente y cambiar las cosas.

 

El método de María Montessori invierte con ello el modelo y construye a partir de allí una pedagogía liberadora a través de la combinación de dos palabras mágicas: amor y ciencia. Amor que se traduce en el respeto absoluto por la naturaleza del niño, y ciencia que se traduce en la observación clínica de sus etapas de desarrollo y aprendizaje.

María Montessori no solo demuestra que todo niño puede ser educado, sino que va más allá: logra decirle al mundo que el niño es un universo en sí mismo y que un modelo educativo que se adapte al niño y no a los intereses del adulto o del sistema, genera resultados extraordinarios.

Educación Montessori: qué es y fundamentos principales

 
Para definir el método educativo Montessori centremos la atención en tres aspectos claves: el niño, el ambiente, el adulto. Si logras entender estas tres dimensiones, el resto de las características podrás comprenderlas con mayor facilidad. Veamos:

El niño es el centro del proceso de aprendizaje. No es el sistema educativo ni los intereses del docente lo que importa aquí. Son las necesidades del niño, su ritmo propio de aprendizaje, sus etapas de desarrollo, lo más importante de la visión educativa Montessori. Su bienestar, felicidad y salud psíquica, son la prioridad.

Si el niño es el centro del proceso, el ambiente debe estar adaptado a él. Este es uno de los aspectos más revolucionarios de la pedagogía Montessori. El aula está acondicionada para su naturaleza física y espiritual: 

 

  • Mobiliario según el tamaño del niño y no de los adultos.
  • Colores suaves, estimulantes, con criterio estético.
  • Áreas ventiladas y bien iluminadas sin que generen la sensación de hacinamiento o encierro.
  • Espacios diseñados y distribuidos para el movimiento, el descubrimiento y la exploración en cada etapa de aprendizaje.
  • Una atmósfera cordial, solidaria, de respeto, sin agresividad y hostigamiento alguno.

Como conjunto, el ambiente Montessori estimula la libertad de acción, la autodisciplina, el silencio, la inclusión e igualdad.

El rol que cumplen los adultos para el método Montessori se sujeta al principio de amor y ciencia. Respeto por el niño y observación científica. No hay autoritarismo magisterial: el docente no es el centro del proceso de enseñanza, no impone clases o lecciones, sino que asume una función de guía y facilitador de las necesidades educativas del niño.

 

Un docente Montessori orienta al niño para que descubra por sí mismo sus propias capacidades, habilidades, intereses y necesidades. No lo somete a su propia voluntad ni infringe castigos o cualquier tipo de sanciones que puedan perjudicar su salud mental. 

 

Este docente debe tener la capacidad de suprimirse ante el niño y mantener al margen toda actitud egocéntrica o dictatorial. Ante alguna equivocación, el adulto guía al niño para que tome conciencia por sí mismo del error y para que descubra su importancia en el aprendizaje.

 

Características del método Montessori


Las siguientes características se desprenden de los tres pilares anteriores. Te darán una imagen más amplia y sobre todo los objetivos que persigue esta visión educativa:
  • Libertad vigilada: no hay libertinaje, hay libertad responsable y consciente. El niño decide qué y cómo quiere aprender, tiene la libertad de movimiento y acción, pero con el respetuoso cuidado y orientación de sus docentes.
  • Autonomía y personalidad independiente: el método Montessori cambia la expresión “hazlo por mí” y la transforma en “ayúdame a hacerlo por mí mismo”. La idea es desarrollar una personalidad no dependiente, más autónoma, y con altos niveles de autoconfianza.
  • Horarios flexibles: el rigor de los horarios de la educación tradicional cambia en el modelo Montessori por la flexibilización horaria. Menos jornadas escolares a la semana para fortalecer los lazos familiares en casa y el valor por el descanso y la recreación.
  • Evaluación sin exámenes: los progresos se miden con base a la observación directa y en franco diálogo con los familiares. Un alumno Montessori decide por sí mismo cuándo avanzar en la siguiente lección de acuerdo a sus necesidades y etapas de aprendizaje.
  • Sin tareas en casa: si el niño lo decide podrá realizar tareas en casa. No es un factor obligatorio sino que está condicionado por la voluntad propia y los intereses del alumno.
  • Comodidad interior y exterior: los niños Montessori no llevan la carga de libros ni peso a sus escuelas. Las aulas les proveen de todo el material de trabajo. En estos espacios educativos se utilizan zuecos en lugar de zapatos, y ropa cómoda que les garantice un mayor bienestar estudiantil.
  • Autodisciplina: aquí se cambia la disciplina estricta por la autodisciplina. Es decir: el niño descubre y hace consciente por sí mismo la importancia de mantener el orden, de conservar la higiene, y de realizar sus actividades didácticas sin la necesidad de amenazas o castigos.
  • El movimiento y trabajo manual en el aprendizaje: los materiales Montessori están diseñados con inteligencia científica para que los niños puedan tocar, oler, mirar y experimentar de un modo sensorial los conocimientos. Se evita el tedio, el cansancio, el desinterés, y la apatía a través del movimiento.
  • Hábitos coordinados: los niños Montessori desarrollan hábitos mediante rutinas de aprendizaje. Si se utiliza un material de trabajo, los niños lo regresan a sus lugares de origen. En las aulas Montessori predomina el orden, la higiene, el silencio y la concentración mediante la misma voluntad del niño.
  • Educación experimental, vivencial y a través de los sentidos: los aprendizajes están dados a través de la exploración y el descubrimiento a través de los sentidos. Los materiales Montessori permiten que el niño toque, perciba, mire, huela, deguste y escuche mientras aprende.

Importancia del modelo Montessori para las empresas del nuevo milenio

 
Vivimos un mundo donde el ser humano cuestiona su propia felicidad: ¿hago lo que realmente me gusta? ¿Soy infeliz con mi trabajo? ¿Por qué la vida no cubre mis expectativas? ¿Por qué tengo miedo de todos y de mí mismo, o por qué mis jefes son crueles o por qué mi desempeño no indica un mejor rendimiento? 
 
El tipo de educación que recibimos puede trazar algunas respuestas. Nos educamos porque necesitamos actitudes, herramientas emocionales y conocimientos para desarrollar una vida adulta productiva. Pero, ¿ha sido suficiente la forma en que hemos sido educados? 
 
En todas las empresas del mundo, desde las más grandes hasta las más pequeñas, hay seres humanos y cada uno fue educado de una determinada manera. Es decir: las empresas son un reflejo directo de sus líderes y trabajadores, y estos a su vez son un reflejo de la educación que recibieron.
 
  • La libertad de pensamiento como una forma de superar las estructuras de liderazgo verticales y adaptarlas a los estilos de trabajo que exige mayor participación y cooperación.
  • La formación de personas independientes, resueltas, capaces, creativas y autónomas que sean capaces de enfrentar la incertidumbre y los desafíos del mañana.
  • La superación del miedo y la neurosis laboral por estilos de trabajo más participativos y dinámicos donde se sustituya la disciplina estricta por la autodisciplina, y la pasividad por el movimiento y la acción. 
  • La autoconfianza y seguridad personal en cualquier escenario profesional o laboral.
  • La creación de empresas de paz, más inclusivas, respetuosas y socialmente responsables.
  • La formación de líderes y trabajadores que consideren cualquier proceso de aprendizaje como un placer y no como una obligación negativa.
  • La felicidad del trabajador y su bienestar como una forma de aumentar la productividad, escalabilidad y crecimiento de la empresa.
  • El pensamiento “fuera de la caja” o divergente, tan necesario para la innovación en un mundo donde es indispensable mantenerse competitivos.
  • El ambiente Montessori como referencia para crear ambientes laborales más estimulantes, efectivos y centrados en el bienestar de los trabajadores.
 

En nuestro libro: La magia Montessori: El secreto tras el éxito de Google, Amazon y Wikipedia, profundizamos esta relación y conectamos la educación de alternativa con los estilos empresariales más exitosos que propone el nuevo siglo.

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